Esta práctica puede provocar deformaciones en el paladar o en la posición de los dientes. Por eso, los expertos recomiendan eliminar este hábito en los escolares.

Es una imagen muy frecuente, la de un estudiante mordiendo un lápiz o un bolígrafo mientras realiza sus tareas académicas. Un gesto en principio inofensivo pero que, en realidad, puede tener consecuencias negativas sobre su salud bucodental.

Y es que la repetición de esa acción de morder dicho objeto contribuye a desgastar el esmalte de sus dientes, en el mejor de los casos, así como, en casos más graves, provocar incluso deformidades en el paladar o en la colocación de las piezas dentales.

Debemos tener en cuenta que en el caso de los niños más pequeños existen mayores riesgos ya que su dentadura se encuentra en proceso de formación.

Los mayores debemos dar ejemplo de buenos hábitos y ayudar a nuestros pequeños a corregir este mal hábito. Y, como siempre, cuando sea necesario, acudir a nuestro odontólogo para recibir el asesoramiento adecuado al respecto.