El miedo a acudir al dentista es una fobia que afecta al 15% de la población
- 03 Octubre, 2016
- Dra. Inmaculada López Iglesias
Según la Organización Mundial de la Salud, la odontofobia es algo muy real que afecta al 15% de la población. Y es que hay pacientes extremos que no duermen, lloran o se ponen físicamente enfermos sólo con ver la bata blanca y los instrumentos dentales.
El temor a visitar la consulta es un problema frecuente en la odontología pediátrica. Un nuevo estudio confirma la transmisión emocional de este miedo entre los miembros de la familia y analiza por primera vez los roles que desempeñan las madres y los padres. Una nueva investigación, llevada a cabo por científicos de la Universidad Rey Juan Carlos de Madrid, pone de manifiesto el importante papel que desempeñan los progenitores en la transmisión del miedo al dentista en la familia. Estudios anteriores ya habían identificado que los niveles de este temor de padres e hijos están asociados, aunque hasta ahora no se habían explorado los roles diferenciados de padres y madres en este fenómeno.
La investigación, publicada en el International Journal of Paediatric Dentistry, analiza a 183 niños de entre 7 y 12 años de la Comunidad de Madrid y a sus progenitores. Los resultados son consistentes con las investigaciones previas en las que se encontró que los niveles de miedo de padres, madres e hijos se encuentran correlacionados.
“Los padres, un factor clave”
Los autores confirmaron que, cuanto mayor sea el nivel de ansiedad o miedo dental en algún miembro de la familia, más lo sufrirá el resto. El estudio también revela que los padres poseen un papel clave en la transmisión del miedo al dentista de madres a hijos al actuar como una variable mediadora.
“Aunque los resultados deben tomarse con las debidas cautelas, los niños parecen atender fundamentalmente a las reacciones emocionales de sus padres para decidir si los eventos dentales son potencialmente estresantes”, afirma Lara Sacido.
Contagio emocional positivo
Entre las posibles implicaciones de estos resultados, los autores destacan dos: la necesidad de involucrar tanto a padres como madres –y especialmente a los primeros– en las campañas de prevención del miedo dental; y tratar de hacer que los padres asistan a la consulta manifestando ausencia de preocupación.
“De cara a la atención en la clínica odontológica, el trabajo con los padres es fundamental. Que los padres vengan tranquilos es tan interesante como procurar directamente que el niño se relaje”, apunta la autora.
¿Por qué tenemos miedo al dentista?
Muchas personas explican que su miedo al dentista les viene de que su primera experiencia (cuando niños) fue traumática ya que recuerdan que les dolió y que, en algunos casos, incluso tuvieron que sujetarla entre varias personas. Hay varios aspectos en contra de que estemos encantados de ir al dentista:
-El ambiente ya nos impresiona: personas con bata, con mascarillas y con “herramientas” que relacionamos con dolor. El olor y, especialmente, el sonido son uno de los principales factores que causan miedo al dentista.
-Normalmente no sabes que van a hacerte exactamente ni lo que durará. Permaneces en una posición incómoda (con la boca abierta) . Hay una sensación de indefensión.
-Por último decir que aunque nos pongan anestesia (que ya implica un pinchazo) el tratamiento no deja de ser molesto en si mismo.
Posibles soluciones
-En primer lugar (antes de ponerte en el sillón dental) explicar que te van a hacer y cuanto tiempo durará, más o menos, el tratamiento. Luego, durante el tratamiento, relaja mucho que te digan qué están haciendo, si falta mucho y luego que paso darán.
-Cuando se trata de niños con miedo al dentista suele ayudar mucho el dejarles tocar el instrumental (se puede tener uno solo para que lo toquen y vean). Así ven que no corta. Algunos dentistas tienen también algún muñequito para que el niño simule que él le cura los dientes. Así ve que no pasa nada y se relaja.
-La música siempre es de gran ayuda. Se puede tener una música relajante o aconsejar al paciente que se traiga la música que le relaje más.
-Acordar, de entrada, un gesto que le haga entender al doctor que necesitamos una pausa o que nos molesta esa manipulación.
-Cuando más que miedo al dentista lo que tenemos es pánico podemos buscar, previamente, alguna terapia que nos enseñe a relajarnos